El box ha incrementado
tanto de manera recreativa como profesional.
y agilidad mental.
Aun cuando se utilice equipo de protección, como lo es la careta, no se exime de lesiones de importancia.
Traumatismo craneoencefálico: Los golpes continuos y de alta energía que soporta la cabeza, el cráneo y el cerebro, pueden llegar a ser letales, como ya se han presentado casos a nivel profesional, conocidos por todos. Una concusión puede tener sintomatología diversa desde simples dolores de cabeza, mareos, perdida del estado de alerta, vómito, pérdida de la coordinación, visión borrosa. En estos casos el combatiente debe abandonar la batalla.
Lesiones en cara. Heridas provocadas en parpados, orejas, labios, o incluso fracturas de huesos propios de la nariz, cara o mandíbula, requieren fuerzas de mayor energía.
Esguince cervical. Los golpes repetidos, demandan una tensión cervical que llegan a provocar inflamación muscular.
Lesión del manguito de los rotadores. El movimiento de alta velocidad al lanzar un golpe como el “crochet”, o un “uppercut”, de forma repetitiva y de esfuerzo, para impactar al oponente, aunado a la brusca desaceleración, es lo que hace propenso de provocar una inflamación o una ruptura del manguito de los rotadores. Al encontrarse lesionada esta estructura, se dificulta para los boxeadores poder realizar un golpe tipo “swing”, ya que al rotar internamente el brazo, se comprime contra el acromion, provocando dolor.
Bursitis. Es la inflamación de un tejido seroso que se encuentra en el hombro para lubricar y permitir un adecuado movimiento del mismo
Información adicional
Infórmate bien acerca de los riesgos que implica practicar box, antes de iniciar. Es necesario aprender con la supervisión de un tutor con experiencia. Utilizar la protección adecuada y permitida. Inicia gradualmente, realiza ejercicios de calentamiento y enfriamiento, descansa tu cuerpo y permite que las heridas externas e internas sanen adecuadamente, lo que puede llevar varios días o semanas después de un enfrentamiento.